En Rosario 38 mil familias viven con carencias de luz, agua y cloaca
Pueblan los 110 barrios populares que relevó Nación. La Municipalidad prepara obras para intervenir en cinco zonas clave de la ciudad
En la ciudad hay 38 mil familias, unas 150 mil personas, que viven en unos 110 asentamientos irregulares. El 93% tiene conexión irregular a la red eléctrica, el 85% tiene un acceso informal a la red de agua potable, el 72% no tiene cloaca y el 97% cocina con garrafa. El municipio trabaja en la búsqueda de fondos ante provincia y Nación para intensificar obras de urbanización en las zonas más vulnerables de la región. En lo inmediato, tras los anuncios sobre Los Pumitas, ya están listos los planes para cinco espacios clave: Sorrento y Cullen, Tablada, Mangrullo, Los Unidos, detrás del Mercado de Productores y el barrio Pescadores, de la zona norte.
Los datos surgen de la última actualización del Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (Renabap), fechada a mediados de año, y configura una verdadera radiografía de las zonas vulnerables de la ciudad. Y complementa el 33% por ciento de pobreza y el 6% de indigencia que difundió hace pocos días el Indec para el Gran Rosario durante el primer semestre del año.
Se denomina barrios populares a aquellos en los que viven al menos ocho familias, agrupadas o contiguas, en los que más de la mitad de la población no cuenta con título de propiedad del suelo ni acceso regular a dos (o más) de los servicios básicos: red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario, o red cloacal.
El primer censo fue realizado hace unos cinco años, tras lo cual se entregaron los correspondientes certificados. Esto permite acreditar la existencia del domicilio y es un paso clave para solicitar la conexión a servicios públicos básicos. Algunas barriadas lograron avanzar con obras estratégicas y salieron del registro de precariedad. Pero en simultáneo creció la población de riesgo en esas zonas vulnerables, donde las intervenciones públicas llevan años para su concreción.
“La pobreza ha crecido en los últimos años y eso tiene su correlato en las condiciones de vida y hábitat de las familias más postergadas. Así como hubo barrios donde se avanzó con obras de transformación como Banana, hay otros que crecieron en dimensión y el número de familias que viven en situación vulnerable no bajó significativamente en la cifra total”, describió la subsecretaria de Hábitat municipal, Josefina Del Río.
La funcionaria admitió que la estimación de 150 mil personas viviendo en asentamientos irregulares que publicó recientemente el Renabap es verosímil. “Se calcula un promedio de cuatro integrantes por cada una de las 38 mil familias censadas”, precisó.
Vulnerabilidad en cifras
Los datos actualizados del relevamiento nacional son contundentes sobre la precariedad en la que viven esas 150 mil personas en materia de acceso a los servicios de infraestructura. En lo referido a la luz, el 93% tiene una conexión irregular a la red eléctrica y apenas el 3 por ciento tiene conexión formal con medidor y factura.
El 85% tiene un acceso informal a la red de agua potable, el 7 por ciento se abastece de agua mediante camión cisterna y el 4 por ciento tiene una bomba de agua de pozo domiciliaria.
De igual modo, el 72% no tiene cloaca y tiene un desagüe a pozo ciego, el 20 por ciento desagota en cámara séptica y sólo el 5 por ciento está conectado correctamente a la red pluviocloacal de la ciudad. Por su parte, el 97% cocina con garrafa y el 70% se calefacciona con energía eléctrica.
Del Río destacó que las obras estructurales “llevan mucho tiempo desde la conformación del diagnóstico, el armado del proyecto, la obtención del financiamiento, el llamado a licitación y la adjudicación. En el caso de Banana, fue un proceso que abarcó a 3.500 familias y llevó siete años”.
En este momento hay en ejecución siete proyectos de urbanización a distinta escala que abarcan a 14.500 familias: Banana, República de la Sexta, Cordón Ayacucho, Moreno, Ludueña, Tío Rolo-Bella Vista y Nuevo Alberdi.
Los nuevos proyectos que el municipio ya terminó de elaborar y ahora está buscando financiamiento son: Sorrento y Cullen en el noroeste, Tablada y Mangrullo en el sur, Los Unidos, detrás del Mercado de Productores de Fisherton y el barrio Pescadores, de la zona norte.
“Cada vez más gente busca ayuda”
El titular de Cáritas Rosario, Fabián Montes, reveló que en los últimos meses “se ha sumado gente nueva que busca ayuda”. Y detalló: “Hay una situación de pobreza estructural que hace que muchos hermanos, cuando la situación económica empeora, vuelvan a nuestros centros, y cuando hay una mejora no regresan. También está la gente nueva que se los ve venir hasta con cierta vergüenza por llegar en busca de ayuda. La mayoría de las personas que llegan a Cáritas vienen apesadumbradas, avergonzadas o con la presión de venir a pedir algo que no les corresponde. Y la Iglesia está para acompañar, no para juzgar”.
Montes proyectó que el índice de pobreza para el segundo semestre de 2023, que será informado en el arranque de 2024,”será mayor, porque ya se está viendo ahora”. Tras lo cual añadió: “Estamos acompañando a la gente ahora. Hemos actualizado convenios con distintos niveles del Estado. Hemos reforzado la ayuda. Pero toda ayuda tiene que ser transitoria”.
Para Montes, el problema de la pobreza hoy se explica más por ingreso que por empleo. “Ser pobre no es ser desocupado en nuestro país. Ser pobre también es tener un empleo y no poder sostener a tu familia. Este es un fenómeno de los últimos años. La pobreza no se identifica con la desocupación, hay personas que tienen trabajo y no llegan a fin de mes”, señaló.