Elecciones santafesinas, el juego en el que nadie resiste un archivo
La interna en el frente opositor escaló a niveles sin retorno. En el oficialismo provincial el cierre nacional dejó heridas y cruces que ponen en duda la unidad
Azuzados por jefes de campaña, coaching y armadores electorales, gran parte de los candidatos que competirán en las primarias santafesinas dentro de dos semanas entró a disputar de lleno el juego de las diferencias con sus adversarios internos con una idea fuerza: la descalificación sin retorno al rival del mismo espacio. Esa confrontación deja huellas en la memoria política de los electores y dificulta al extremo la unidad tras las Paso bajo el slogan del que gana conduce y el que pierde acompaña. Y deja abierta la puerta a escenarios que parecían imposibles para las generales, donde el archivo de lo que se dijo en el primer tiempo condicionará el resultado final.
La mayor escalada se dio nuevamente en Unidos para Cambiar Santa Fe. Carolina Losada fue otra vez noticia en la semana por su fortísima embestida contra Maximiliano Pullaro a quien volvió a vincularlo con el narcotráfico. Pero esta vez cruzó todos los límites, y sin eufemismos advirtió que después de las elecciones del 16 de julio no habrá síntesis con el ex ministro de Seguridad.
“No voy a estar con una persona con la que tenga diferencias éticas y morales. La diferencia ética y moral no sólo es respecto de su trato con la policía, sino de con quién se referencia él a nivel nacional, Martín Lousteau. No me representa ni en lo que es ética y moralmente para la provincia, porque corrompió a la policía y tuvo personas alrededor a personas vinculadas al narcotráfico, ni tampoco con su referencia a nivel nacional, que es el autor de la 125. ¿Voy a estar con la persona que le quiso meter la mano en el bolsillo a la gente del campo? De ninguna manera”, disparó sin medias tintas la senadora nacional.
En todos los procesos electorales de primarias los rivales internos juegan el partido de la diferenciación con el adversario para sumar votos a su terruño. Se da por descontado que hay una matriz en común indiscutible en ideas, posicionamientos y trayectorias en común. A mayor paridad interna la escalada verbal suele aumentar peligrosamente. Pero por lo general, la política siempre encuentra la forma de restañar las heridas el día después del primer tiempo.
Con sus declaraciones Losada dinamitó la foto de unidad de la noche del 16 de julio dentro del frente de frentes. Y probablemente la indispensable transferencia de votos del espacio derrotado al triunfador de cara a las generales de septiembre.
La bomba que arrojó la periodista rosarina cayó mal incluso entre los halcones de Juntos por el Cambio. Ya en un primer momento, cuando las declaraciones no eran tan fuertes su referencia política a nivel nacional. Patricia Bullrich había relativizado las críticas a Pullaro, aclarando que no veía en él nexos con el entramado narco.
Esta semana, de recorrida en conjunto por Venado Tuerto, Mauricio Macri desautorizó a Losada y la conminó a dejar de lado las diferencias la noche del domingo 16. "Todos saben, Santa Fe y a nivel nacional, que el día después hay que trabajar y creo que todos van a llevarla de esa manera a tener una competencia con altura", dijo el ex presidente ante la atenta mirada de la legisladora.
Aún ganando en la Paso, Losada necesitará de los votos de Pullaro y de la otra precandidata a gobernadora de Unidos para Cambiar Santa Fe (la socialista Mónica Fein) para llegar a la gobernación. En las primarias a senador de 2021 la periodista se impuso al ex ministro de Seguridad provincial por apenas dos puntos porcentuales: obtuvo 203 mil votos (30.6% de la interna) frente a los 190 mil de su rival (28,5% de la paso de Cambiemos).
En las generales de octubre de hace dos años Losada no sólo retuvo todo el voto de Pullaro y sus adversarios internos de otras listas, sino que Juntos por el Cambio pasó de cosechar 660 mil votos, atomizados en distintas boletas a 730 mil. Fueron en total cerca de 70 mil sufragios más lo que le permitió a la oposición quedarse con las dos bancas para la mayoría en el Senado nacional por el distrito santafesino (para la propia Losada y Dionisio Scarpin).
La primaria de Unidos para Cambiar Santa Fe asoma más competitiva que la del PJ según la mayoría de las encuestas. En paralelo, esos mismos sondeos proyectan que Marcelo Lewandowski se impondría por amplio margen en su primaria y podría ser uno de los candidatos más votado individualmente. Esa foto de la noche del domingo será una de las claves para entender el camino y las estrategias rumbo a las generales.
Con su postura intransigente Losada condiciona el partido por la jefatura de la Casa Gris de septiembre, mano a mano entre los vencedores de julio para todo el arco opositor. En caso de perder, ¿cómo hará para hacer campaña por Pullaro y pedir a su electorado que lo vote después de acusarlo de tener vínculos narco? Y en caso de ganar, ¿buscará la foto de unidad parta sumar los votos de su rival al que relacionó con el peor flagelo que atraviesa a los santafesinos?
¿Por qué razón Losada dispara munición tan gruesa contra Pullaro? En las huestes del diputado provincial aseguran que es actitud propia de quien se ve perdedora en las encuestas y en tren de remontar “dice barbaridades sin sustento”.
El entorno de la senadora remarca que la forma de hacer política de la candidata a gobernadora es “decir la verdad, sin doble discurso”. Y reniegan de la propiedad de votos de un candidato y la transferencia de voluntades. “Los votos son de la gente”, refutan. Igual, el archivo periodístico y de redes sociales será implacable con ella.
En el peronismo, tras la foto de unidad entre los cuatro aspirantes a la gobernación parecía reinar la armonía. Pero el cierre de listas a nivel nacional y la nominación de Sergio Massa como precandidato a presidente por la Unión por la Patria dejó secuelas.
“Real politik las pelotas. Esto es una claudicación de las conducciones. El pueblo peronista tiene más conciencia nacional y voluntad de lucha que esta mierda que nos proponen”, disparó por Twiter la concejala del PJ, Marina Magnani.
La edila es referente de La Cámpora en el Palacio Vasallo y busca su reelección dentro del armado que lleva como candidato a gobernador al kirchnerista Marcos Cleri. El diputado nacional también cuestionó la designación de Massa como aspirante a la Casa Rosada al plantear: "A veces se elige qué comer y otras veces se come lo que hay", comparó.
Los cuestionamientos de Cleri y Magnani a la nominación de Massa son parte de una corriente de centro izquierda del kirchnerismo que siempre tuvo recelos del ex intendente de Tigre por su vínculo con el círculo rojo, los medios y la Embajada de Estados Unidos. Forman parte de una línea de pensamiento en la que abreva también Andrés “Cuervo” Larroque y por lo bajo hasta el propio Máximo Kirchner, aunque ahora lo apoye públicamente. Esos planteos también quedan guardados en la memoria colectiva.
Como contrapartida Omar Perotti abandonó por estos días su prescindencia nacional y salió a apoyar la candidatura de Massa al sillón de Rivadavia. “Prefiero esta situación a cualquier otra, que quien está timoneando hoy la economía es el que quiera seguir adelante, y las consecuencias de sus aciertos serán los beneficios que tendrá su gobierno, y los que no sean aciertos también impactarán en el que va a ser su gobierno. Es un resguardo adicional”, sostuvo.
A dos semanas de las primarias gran parte de las cartas están echadas sobre la mesa. Con sus dichos, muchos dejaron abierta la puerta a escenarios que parecían imposibles para las generales.