La seguridad privada ya representa el 50% de las expensas en edificios rosarinos
Así lo detectó un relevamiento del Colegio de Corredores Inmobiliarios. Es el costo de tener guardia presencial gran parte del día. El sistema de monitoreo es mucho más barato
La problemática de la inseguridad impactó fuerte en el mercado inmobiliario de Rosario. Tanto que hoy, al momento de ofrecer una unidad para alquilar o comprar, es determinante contar con seguridad privada. Y el costo de poseer ese servicio ya representa el 50% de las expensas que se pagan en muchos edificios de la ciudad, según detectó un relevamiento del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir). Ese valor es por tener un guardia presencial gran parte del día. El sistema de monitoreo electrónico a distancia es mucho más económico y apenas insume el 10% de los gastos ordinarios mensuales. La Cámara de Propiedad Horizontal coincidió con las cifras.
El relevamiento del Cocir fue encarado para detectar las nuevas demandas y tendencias del mercado inmobiliario. Se puso especial énfasis en torno a las nuevas amenidades, donde se registraron cambios notables en los pedidos de compradores e inquilinos (ver aparte).
Y surgió como novedad la altísima demanda de seguridad privada en las unidades de propiedad horizontal. Un correlato directo de la ola de violencia que azota a Rosario.
“Hoy una familia centra su observación en las medidas de seguridad de la unidad residencial, y en base a esto cierra la operación”, resumió Alejandro Bassini, coordinador del departamento de Estadísticas del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario
El trabajo del Cocir fue realizado en base a datos de distintos edificios dentro del mismo segmento, en base a liquidaciones de gastos centrales correspondientes al mes de abril pasado. Fueron censadas en especial unidades de 120 metros cuadrados con cochera, donde habita una familia tipo con cuatro integrantes.
El estudio diferenció dos escenarios: uno con seguridad privada presencial, con personal en relación de dependencia incluyendo sus respectivas cargas sociales; y por otro lado, el mismo perfil de unidad pero con sistema de seguridad con monitoreo a distancia, donde los residentes ingresan al edificio mediante la utilización de llaves inteligentes personalizadas.
“En el primer caso y en relación a la totalidad del gasto operativo de funcionamiento del edificio representa casi un 50 por sin incluir gastos extraordinarios. Mientras que el segundo caso apenas repercute por arriba del 10 por ciento del monto final, obviamente sin incluir erogaciones excepcionales”, sostuvo Bassini.
Desde Cocir remarcaron que el relevamiento efectuado no supone un juicio de valor sobre el impacto del rubro seguridad privada en las expensas. “Esto no es responsabilidad de los administradores de los consorcios, son definiciones que toman los propios consorcistas en base a sus necesidades y de manera democrática”, apuntaron.
En ese sentido, el presidente de la Cámara de la Propiedad Horizontal, Alfredo Jäger admitió a La Capital que el servicio de seguridad “es muy demandado entre los consorcistas”. Sobre la preferencia entre las opciones contó que “en los nuevos edificios viene el dispositivo electrónico incorporado en sus distintas variables”. Y en el caso de los más antiguos está repartido.
“Cada sistema tiene sus ventajas y desventajas. La seguridad presencial es más costosa pero genera disuasión. De hecho, los últimos robos registrados a edificios no tenían vigilancia humana”, apuntó.
“En el caso del llavero electrónico _siguió_ es mucho más accesible pero no deja de ser una llave con tecnología. No es inviolable”.
Jäger coincidió con las estimaciones del Cocir sobre el impacto de la seguridad privada en las expensas. “Si bien depende mucho del edificio, los servicios que se contratan y el tipo de vigilancia, cuando es presencial puede estar entre el 35 y el 50 por ciento del total”, precisó.
Los referentes de Cocir resaltaron que la demanda de seguridad está presente en todas las zonas de Rosario y en todas las tipologías de unidades. “En el centro, macrocentro y en algunos barrios donde hay edificios el tema se resuelve mediante seguridad privada presencial o con los sistemas de llave inteligente con monitoreo. Pero en barrios más alejados de los bulevares como Fisherton o Parque Field los vecinos pagan la instalación de garitas con seguridad privada para proteger sus casas y ese dinero también sale de sus bolsillos”, indicó Bassini.
En los casos medidos de barrios cerrados la radiografía no es muy diferente. El porcentaje que representa en el pago mensual de expensas por seguridad privada representa no menos del 30 por ciento y llegando hasta el 50 por ciento. Los casos testigos arrojan cifras que van desde los 60 mil hasta los 200 mil pesos, dependiendo de los metros cuadrados, prestaciones y categorías.
Sube la demanda de espacios para mascotas
Los espacios comunes marcaron un antes y un después en el mercado. De ser un medio diferenciador, las amenidades se han convertido en algo que los residentes ya dan por seguro cuando las opciones son edificios de poca antigüedad e incluso barrios cerrados.
Originalmente la piscina, el gimnasio y la disponibilidad del SUM eran las principales opciones. Desde el Cocir destacaron que “ya no alcanza con ofrecer prestaciones básicas e indispensables como la seguridad privada, espacios deportivos o quinchos con parrilla para reuniones”.
La realidad de hoy ha llevado a incorporar nuevos desafíos: simulador de golf, gimnasio, sala de cine, terraza, ludoteca, piscina, canchas deportivas, parques, espacios para baño de mascotas y área de trabajo
De acuerdo a un estudio elaborado por Propia, la plataforma colaborativa del Colegio de Corredores, al momento de preguntar qué condiciones valoran más dentro de los espacios comunes, los lugares para mascotas pican en punta dentro de las preferencias, superando el área de juegos de niños, que alcanzó un el segundo lugar de las menciones. La seguridad 24 horas es lo único no negociable dentro de los potenciales consumidores.
El coordinador del Departamento de Estadísticas del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, Alejandro Bassini, resaltó que las amenidades terminan incidiendo en el proceso de compra. “Aún en unidades chicas, nos piden por espacios de distensión, juegos, gimnasio, conectividad. Estas son las nuevas tendencias”, apuntó.