Un cierre de listas para el infarto que marca a fuego el mapa de poder
Se acabaron los liderazgos indiscutidos en la política provincial y afloraron mil candidaturas con mil padrinos. Inflación récord y feroz embestida del Gobierno a la Corte
La infernal rosca del viernes en la capital provincial dejó listas conformadas, sorpresas, revelaciones, traiciones, heridas y un incipiente nuevo mapa político en Santa Fe. Las primarias del 16 de julio y las generales del 10 de septiembre terminarán por definir el reparto de poder dentro de la bota. Pero ya hay una certeza: se terminaron los liderazgos indiscutidos como los de Reutemann, Obeid, Binner y Lifschitz. Y a falta de jefaturas innegables afloraron decenas de candidaturas con padrinos por todos lados.
La principal novedad del cierre de listas fue la confirmación de la candidatura de Marcelo Lewandoski para la gobernación en acuerdo con el gobernador saliente, Omar Perotti. Si bien hubo acuerdo entre ambos, el recelo mutuo que se tienen atravesó toda la negociación durante semanas y que el viernes tuvo aires novelescos.
La pelea de fondo entre Perotti y Lewandowski es por poder. El rafaelino quería conservar la lapicera en la designación de su candidato y mantener una alta dosis de liderazgo en el peronismo más allá del 10 de diciembre de 2023. Y el senador no estaba dispuesto a ser ungido como el delfín del actual jefe de la Casa Gris sin capacidad de maniobra y condicionado desde la Cámara de Diputados por Perotti con sus 28 legisladores propios sobre 50 si se impone en esa categoría en la próxima primavera.
Las gestiones para que hubiera fumata blanca arrancaron hace meses, pero esta semana fueron casi todos los días. El fin de semana pasado hubo una primera reunión cara a cara entre Perotti y Lewandowski. Pensada para sellar el entendimiento dejó al descubierto la distancia que los separaba y lo complejo que iba a resultar sellar el acuerdo.
El perottismo instaló en la saga de off the récords que circularon como nunca en la semana que el senador puso más condiciones para aceptar que una estrella de rock. “Quiere poner su compañera de fórmula, la mitad de lista de diputados de Perotti, que le demos la estructura para el centro norte provincial, varios senadores y recursos”, se quejaban desde la Casa Gris.
“Son puras operaciones. Sólo estamos pidiendo cosas lógicas, que haya un proyecto nacional detrás de Marcelo, que no sea un títere y que la estructura esté al servicio de su recorrida. De lo contrario, que Perotti ponga en la cancha a Mirabella que mide 4 puntos en Rosario”, retrucaban desde el despacho del legislador nacional.
La semana avanzó sin mayores novedades hasta llegar al crucial viernes. Al mediodía parte del PJ instaló que el acuerdo entre Perotti y Lewandowski estaba caído. Se daba como un hecho que Perotti lanzaba a Mirabella y quedaba la duda sobre una posible postulación de Lewandowski sin el apoyo del aparato de gobierno.
Pero al caer la tarde, cuando la rosca en hoteles y bares santafesinos se mezclaba entre cafés, cigarrillos y lisos para llenar miles de casilleros en cada una de las categorías que compiten dentro de dos meses, empezó a gestarse el acuerdo.
Lewandowski junto al senador provincial Miguel Rabbia y el concejal rosarino Lisandro Cavatorta ingresaron a la Casa Gris ya de noche para ponerle fin a las especulaciones y definir al filo del cierre de listas si había pacto o confrontación.
Perotti, un especialista en llevar al límite las negociaciones, accedió a parte de las exigencias del senador no tanto por el amor sino por el espanto: su candidato no arrancaba en las encuestas y si bien hay otros tres referentes ya lanzados (Cleri, Toniolli y Busatto) ninguno parece mover el amperímetro. Y así, el PJ se encamina a la posibilidad de perder la provincia que tanto le costó recuperar en 2019 tras 12 años de gestiones del Frente Progresista.
Cerca de la medianoche hubo acuerdo. Perotti bajó a Mirabella de la contienda, aceptó la fórmula con Silvina Frana, del espacio de María Eugenia Bielsa y cedió apenas dos lugares de la lista de 28 diputados para dirigentes de Lewandowski. El senador se fue de la gobernación con la certeza de que el PJ nacional también lo va a acompañar, en base a lo que transmitió el ministro de Transporte de la Nacional, el massista Diego Giuliano. Y de esa forma empezará a recorrer la provincia con ropa de candidato a gobernador.
Más allá del entendimiento resta ver ahora de qué manera se acomodan los discursos. Lewandoski no ha sido en estos años ni por asomo un ferviente admirador de la gestión de Perotti y le achacó cada vez que pudo su construcción solitaria, por fuera del partido. Además, para sostener su intención de voto en Rosario donde ya es fuerte deberá convivir como candidato oficialista de una gestión que cierra con récords de homicidios en la región.
En la categoría a intendente del PJ todo fue más previsible. Roberto Sukerman finalmente será el único aspirante a ese cargo desde el peronismo en una novedosa interna con la izquierda de los jóvenes de Ciudad Futura.
El frente de frentes opositor hizo las cosas más prolijas, aunque su armado no estuvo exento de adrenalina. Semanas atrás en su fría foto fundacional en Cayastá ya había estrenado su nombre (Unidos para Cambiar Santa Fe) y desde hacía tiempo se sabía que iba a presentar al menos tres fórmulas para la gobernación.
La mayor sorpresa fue el lanzamiento de la socialista Mónica Fein a la Casa Gris quien cuatro años atrás no logró ganar la senaduría departamental de Rosario tras ejercer 8 años como intendenta de la ciudad cabecera del departamento.
Fein se volvió a su casa pese a controlar el Partido Socialista el aparato municipal y provincial, dos cajas de enorme peso, tras perder frente un ignoto, en política, como era Marcelo Lewandowski hace casi un lustro. Una derrota con aroma a fin de ciclo, que de manera sugestiva fue premiada por el partido con una candidatura a diputada nacional en 2019. Sacó el 12 por ciento de los votos, volvió al Congreso y ahora va por el milagro.
Clara García resignó ese lugar ante la certeza que era una misión imposible, para asegurarse un lugar por los próximos cuatro años en la Legislatura. Y confrontar cara a cara con Perotti con quien fue implacable desde 2019 sobre la marcha de su gobierno.
Los radicales Losada y Pullaro reeditarán la batalla de 2021 cuando se enfrentaron por la senaduría nacional. Aquella vez la periodista sorprendió a propios y extraños al imponerse en la interna y luego en la general superando la barrera del 40% de los sufragios y los 730 mil votos.
Esta vez la batalla es por la candidatura a gobernador del espacio, ya no una legislativa de mitad de mandato. La diferencia no es menor y el sector de Pullaro se encargará de endilgarle a su rival la falta de experiencia en gestión de gobierno y su residencia hasta ahora fuera de la provincia. Los seguidores de Losada le enrostrarán a Pullaro su déficit cuando fue ministro de Seguridad provincial, cuando se impuso el slogan “Rosario Sangra”.
En la ciudad el frente opositor tendrá también varios aspirantes al Ejecutivo: Pablo Javkin que irá por la reelección, el socialista Enrique Estévez, el periodista deportivo Miguel Tessandori y la macrista Germana Figueroa Casas.
La semana tuvo además un pico de tensión institucional. El fallo de la Corte que suspendió las elecciones en Tucumán y San Juan disparó una fortísima embestida del Gobierno y casi todo el oficialismo contra el máximo tribunal. No fue la primera y probablemente no sea la última.
Se trata, en el fondo, de un conflicto abierto entre dos poderes del Estado en tiempos de altísima incertidumbre económica y política. La inflación de abril del 8.4% que informó el Indec el viernes sumó un ingrediente de tensión y presagia para muchos otra semana de posibles turbulencias cambiarias.