A un año de la sanción de la alcoholemia cero, sólo el 7% de los controles dio positivo
Se hicieron casi 25 mil fiscalizaciones y fueron remitidos al corralón unos 1.700 rodados. Para el municipio el balance es positivo y redunda en menor siniestralidad vial
A un año de la sanción de la ordenanza de alcoholemia cero, sólo el 7% de los controles realizados por el municipio dieron resultado positivo. Sobre casi 25 mil fiscalizaciones que se efectuaron en estos meses unos 1.700 conductores habían tomado algo de alcohol y sus rodados fueron remitidos al corralón. Para la Intendencia el resultado de los operativos "es significativo ya que no se dispararon las remisiones, hubo toma de conciencia de parte de los rosarinos y se bajó la siniestralidad vial".
La ordenanza de alcoholemia cero fue aprobada por el Concejo tras un largo debate la primera semana de abril de 2021. El intendente Pablo Javkin la promulgó el 22 de abril con un fuerte mensaje: “Dimos un paso más para cuidar a los rosarinos y rosarinas. Volvamos al respeto. Por la vida, por los que ya no están y por todos”.
La norma entró en vigencia el primer fin de semana de mayo del año pasado. En estos once meses de aplicación de la restricción, que sanciona a todo conductor que haya tomado alcohol al momento de manejar, los resultados son contundentes: se hicieron 23.667 controles y dieron positivo unos 1.700.
"El balance preliminar nos da que el 7% de los conductores fiscalizados dio positivo. Es un porcentaje aceptable, demuestra que la medida no tenía ningún afán recaudatorio, sino que buscaba sumar desde lo local a la seguridad vial", destacó la secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayru.
Para la funcionaria, la alcoholemia cero "es una herramienta muy importante que brindó el Concejo para abordar con mayor firmeza una de las problemáticas más importante y menos resuelta que tenían no los rosarinos, sino los argentinos; que es la siniestralidad y en consecuencia las muertes por accidente de tránsito".
La titular de Control resaltó que la vigencia de la tolerancia cero a la ingesta de alcohol al momento de conducir no implicó que "los valores se disparen, se mantuvo el promedio de lo que venía arrojando la positividad aún con el 0,5 que estuvo vigente desde hacía muchos años".
Para Labayru "fue clave haber eliminado el factor especulación al momento de conducir. Quien maneja sabe que no debe tomar ni una gota de alcohol, antes podía especular con el tiempo que pasaba desde la ingesta hasta que le hacían el control, la contextura de cuerpo y tantos otros factores. Ahora se acabaron esos cálculos".
En base a los datos de estos meses de vigencia de la norma, la secretaria de Control no dudó en afirmar que "se nota en la gente mucha conciencia al momento de salir y manejar. Un elemento más que vemos todos los fines de semana es el aumento de la demanda de taxis y las dificultades para conseguir unidades. Es gente que antes iba a los bares y restaurantes tal vez en su auto y algo tomaba y ahora decide no hacerlo".
Según Labayru otro factor determinante "fue la presencia de los inspectores municipales a toda hora del día en distintas zonas de la ciudad. Antes los operativos se focalizaban los fines de semana durante la noche en las zonas más concurridas. Ahora los inspectores han sumado a sus tareas de rutina este tipo de controles de alcoholemia durante el día, la tarde y la noche, los días de semana y feriados. Y la gente sabe que le pude tocar el control y por eso también se cuida"
Desde la Secretaría de Control y Convivencia destacaron que "fue un gran esfuerzo haber efectuado casi 25 mil controles a lo largo de 2021 y lo que va del 2022. Cuando arrancaron las fiscalizaciones de alcoholemia en Rosario se hacían hace unos cinco años unos 7.000 test y ahora se han triplicado, incluso en meses con muchas más dificultades operativas por la incidencia de la pandemia" que dejó fuera de trabajo de calle a muchos inspectores y donde hubo menos circulación de parte de la población.
Consultada sobre la existencia en este año de vigencia de la norma de supuestos casos de falsos positivos, Labayru fue tajante: "No hubo en absoluto casos de personas que dieran positivo por haberse hecho un enjuague bucal o tomado un gusto de helado con algo de alcohol. Hubo si personas que dieron esa excusa, no se les labró el acta de inmediato y se los invitó a efectuar una nueva prueba a los pocos minutos para convalidar o rectificar. El resultado fue más contundente que el inicial, les daba con más graduación alcohólica todavía", dijo, desterrando un argumento de los detractores de la norma.